R. Madrid 90 - Barcelona 73 
El Barcelona está más lejos de la Copa y con su crisis más agravada. La debacle en la pista del eterno rival fue tremenda y lo peor es que tampoco dio la sensación de que el Real Madrid hiciera el partido de su vida. Los blancos jugaron, sin ir más lejos, bastante mejor hace unas semanas ante el MMT Estudiantes. Al menos en ataque, porque en cuanto a intensidad, ganas y defensa, los jugadores de Joan Plaza sí estuvieron ayer sobresalientes.
El Barça estuvo desde el minuto cinco a diez o más puntos de su rival y la máxima diferencia en contra que soportó no llegó hasta el minuto 36 (82-60). Es decir, que no hubo reacción azulgrana y que el Madrid se exigió siempre más. Eso lo dice todo sobre el pobre partido y la nula actitud del conjunto blaugrana. ¡Qué contraste con la ambición madridista!
Como además ganaron ayer el Caja San Fernando y el Alta Gestión Fuenlabrada, el Barcelona va a tener que sufrir lo que no está escrito para entrar en la Copa. Vencer en seis de la siete jornadas que restan para acabar la primera vuelta va a ser obligatorio.
El Madrid llevaba seis años perdiendo en la fase regular con el Barça y ayer cerró a lo grande esa herida. Su superioridad física y mental fue enorme y la de su juego interior respecto al barcelonista, aún mayor. Kasun y Marconato sumaron 3 rebotes. Fran Vázquez, ninguno aunque sólo jugó siete minutos por cargarse de faltas tras entrar a la pista claramente frío y fuera de partido, como le pasó tambíén a Basile y al propio Kasun. Los blancos se hincharon a coger rebotes ofensivos, hasta 15, y con ellos tuvieron segundas opciones continuas. Menos mal para el Barcelona que no acertaron mucho de tres y que Bullock, habitualmente el máximo anotador en su equipo, fue ayer el peor entre los suyos.
Ivanovic había pedido agresividad y concentración para que el Madrid no jugara cómodo, no corriera y no se escapara pronto en el marcador. Pero sus jugadores no debieron entenderle. Un 8-2 en el minuto 2 y un 17-7 en el 5 ya anunciaban la catástrofe blaugrana.
Los cambios que hizo el técnico montenegrino no dieron frutos. Sólo Trías y Navarro veían aro, pero nadie defendía con la agresividad necesaria. En el segundo cuarto, el Madrid siguió estirando su ventaja (35-21, min. 14) y menos mal que firmó al descanso (43-32) un 3/12 desde la línea de tres puntos. Las diez pérdidas de balón del Barça también le ayudaban.
En el tercer cuarto, más de lo mismo. Un parcial de 8-0 de salida sentenció el triunfo blanco y evidenció que el Barcelona no iba a reaccionar. En seguida la diferencia llegó a los 20 puntos (60-40, min. 26) y sólo quedaba ver si los visitantes iban al menos a tener orgullo para maquillar el resultado. El Madrid no se relajó y tampoco apareció el coraje necesario para disimular la debacle (77-56, min. 34).
Adrián García
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