

Los puntos del partido por todo lo bajo de la tabla como decíamos en el previo, se quedó en Barcelona. Aunque esta afirmación sea cierta, el partido se vivió intensamente en la grada y estuvo interesante. Al comienzo, los dos se mostraron muy desequilibrados. En estos momentos, hubo polémica, al no ser pitado un penalti muy claro a Luis García dentro del área bilbaína. Y para colmo del Espanyol, un penalti en contra unos minutos más tarde que logró enchufar a la escuadra Yeste, significaría el 0-1. No mucho más tarde, Tamudo devolvió el marcador inicial al encuentro después de cabecear a dentro de las mayas. Ya en la segunda parte, el gol de la remontada sería de Tamudo, para descontento de los 300 aficionados del Athletic. Unos minutos más tarde, los bilbaínos vuelven a empatar con un gol de Aduriz. Cuando faltaban diez minutos, el partido se llenó de ocasiones para ambos, pero la más clara fue el cabezazo de Tamudo, que se marcho por poco. En estos últimos minutos y en todo el partido, el árbitro no se enteraba de lo que se cocía, de modo que no arbitró nada bien. Y la sorpresa fue, que faltando 29 segundos para el final del encuentro, el rifle Pandiani logró poner por delante a su equipo. Como no faltaba nada para el final del partido, nada más sacar de centro, Orbaiz intentó sorprender a Kameni desde el centro del campo, pero no lo consiguió y el partido finalizó con el 3-2 a favor del Espanyol. En Montjuic, como es habitual, la entrada fue muy pobre, y no hubo ningún altercado entre los 300 aficionados del Athletic mencionados anteriormente y los locales.

Juan Casielles
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