

El Sporting consiguió esta tarde su tercera victoria de esta temporada, victoria que le permite colocarse en las posiciones de ascenso por lo menos esta semana, y dejar malherido al Albacete, ya que se encuentra en el penúltimo puesto. El Sporting dominó el encuentro de principio a fin, pero con algún que otro pequeño susto propiciado por ocasiones aisladas a balón parado, ya que, debido al abrumador juego del Sporting, de tocar y tocar, se jugó mas en el campo de los manchegos que en cualquier otra zona del parque, y que no dejaba a los de Albacete reaccionar en contras, ya que cualquier tipo de recuperación por parte de los visitantes se cortaba rápidamente por lo sano por los rojiblancos. Los de Quique Hernández fueron al Molinón con el único propósito de conseguir un resultado en el que hubiese reparto de puntos para los dos equipos, ya que la situación del equipo era en ese momento y ahora bastante crítica, y eso que tiene una plantilla bastante importante en cuanto nombres. En el partido, la afición local estuvo, como dijo Manolo Preciado en la rueda de prensa después del partido “ Genial, como siempre”. El Sporting aguantaba la posesión como un equipo de Primera, pero, aunque tuvo numerosas ocasiones en la primera parte, como la de Michel fuera del área, que paso cerquísima del poste, tras el anterior rebote de un defensa; al conjunto rojiblanco solo le falto materializar un gol que se hacía de rogar en la parroquia rojiblanca ( 13.700 espectadores ), y para colmo el árbitro en ocasiones tenía errores, como pitar faltas inexistentes para ambos equipos. Nada más empezar la segunda mitad, ambos equipos estaban adormilados, hasta que en una gran jugada, Kike Mateo, desde fuera del área entabló un tremendo disparo, que rebotó en la cruceta izquierda de la portería de Javi Martínez, y que posteriormente se iba dentro. Este gol provocó que el técnico manchego hiciese un cambio ofensivo para tratar de no perder los tres puntos, cosa que al final no pudo ser, en deprimento de los de Hernández. Este cambio no fue otro que el de un defensa por el delantero Meyong. El Alba no tuvo más ocasiones en la segunda parte, ya que el nerviosismo era pleno en el conjunto manchego, pues cada vez que tocaban el balón, los aficionados hacían sonar sus trompetas y sus silbidos, y era imposible llevar el cuero sin ponerse nervioso. El Sporting sí tuvo ocasiones en la segunda mitad, pero la más importante fue la de el remate de Barral, en el minuto 58. El partido se mantuvo con nerviosismo hasta el momento en el que el colegiado pitó el final del encuentro. Este ecuentro deja al Sporting tercero clasificado, en posiciones de ascenso, y al Albacete en la zona de descenso.

- El partido por la TPA
Juan Casielles
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